Las tarjetas revolving son un tipo de tarjeta de crédito, que con independencia de que se tengan fondos o no, permiten el aplazamiento automático del pago de las compras aplicando intereses.
Tiene formato de tarjeta, pero se instrumentan como un crédito al consumo.
Si este tipo de tarjeta no es utilizada de una manera correcta puede dar lugar a graves problemas, aumentando de manera considerable la cuantía de endeudamiento.
Entre los principales riesgos asociados a las tarjetas revolving encontramos:
Al igual que una tarjeta de crédito e independientemente de que se tenga dinero en la cuenta asociada ya que las compras efectuadas no se cargan de manera inmediata en la cuenta sino que son aplazadas para ser pagadas a posteriori, pueden realizarse pagos.
Las tarjetas crédito permiten realizar compras durante el período establecido y efectuar su pago en la fecha de cargo previamente elegida, sin ningún tipo de intereses o bien aplazar el pago a plazos (revolving), con intereses.
Gracias a las tarjetas de crédito es posible retirar dinero en efectivo a crédito en cajeros automáticos, pero eso sí, siempre incluyendo intereses.
El usuario, al momento de devolver el crédito concedido en una tarjeta revolving tiene varias opciones:
Ya se opte por pagar un porcentaje o un pago fijo, se incluyen los intereses así como las comisiones que correspondan.
La Ley de 23 de Julio de 1908 de Represión de la Usura se ha convertido en herramienta esencial para que todo usuario afectado por las tarjetas revolving tenga la opción de reclamar.
Con independencia del nivel de liquidez, las tarjetas revolving permiten realizar compras.
Para devolver el saldo dispuesto del crédito revolving, existen dos vías:
Las tarjetas revolving acceden devolver la totalidad del crédito a mes vencido como si de una tarjeta de crédito al uso se tratase.
La manera de devolución y límite de crédito queda estipulado en el momento de formalizar el contrato de la tarjeta.
Hacer un uso inadecuado de la tarjeta conlleva problemas añadidos, llegando a incrementar de manera muy rápida la cuantía de endeudamiento, y en situaciones extremas incluso llevar a los usuarios a la insolvencia.
Las tarjetas revolving son el título de un préstamo concedido, lo cual lleva consigo una serie de riesgos:
Con la tarjeta revolving, al disponer de dinero de manera permanente hace que muchos de los consumidores vivan de manera endeuda de manera permanente.
Además, como el saldo no se devuelve en su totalidad siempre existe un remanente de deuda que va generando intereses.
La falta de transparencia con respecto al elevado interés asociado a la tarjeta revolving y su complejo sistema de amortización hace que el préstamo preconcedido sea considerado en muchas de las situaciones un crédito usurario, el cual mediante la aplicación de la Ley de Usura de 1908 (Ley de Azcárate) pueda reclamarse.
Son muchos los consumidores los que por no hacer un uso adecuado de las tarjetas revolving han llegado a arruinarse, viéndose atrapados constantemente en una espiral de deuda.
De ahí, que cada vez es más habitual reclamar por las tarjetas revolving siendo las principales vías: la Ley de Usura y la falta de transparencia.
La Ley de Usura o Ley de Azcárate permite la impugnación de créditos usurarios o abusivos, siendo instrumento muy útil para anular préstamos personales y operaciones tipo revolving.
La comercialización de la tarjeta sin prestar la información debida puede dar lugar a la nulidad de la cláusula de intereses y del sistema de amortización revolving.
El control de transparencia se halla regulado en los artículos 3.1 y 4.2 de la Directiva 93/13/CEE, en donde el consumidor debe conocer las consecuencias jurídicas y económicas del negocio.
Ante la gran cantidad de sentencias condenatorias en los tribunales, muchas de las entidades financieras y de forma extrajudicial intentan negociar acuerdos con los consumidores afectados, puesto que resulta más económico negociar de antemano que acudir a los tribunales.
Es importante tener presente que ninguna entidad financiera por iniciativa propia procederá a la devolución de dinero al cliente, de ahí la necesidad de que sea el propio consumidor quien inicie la reclamación.
En nuestro despacho de procuradores en Valencia especialistas en reclamaciones de tarjetas revolving le ayudaremos en la reclamación de su tarjeta revolving.
Estudiaremos y analizaremos la situación sin necesidad de adelantar ningún dinero, y tan solo cobraremos si la reclamación resulta exitosa.
Contar con el asesoramiento de nuestros procuradores especialistas en la negociación extrajudicial acelerará el proceso de reclamación y asegurará una mejor defensa de sus intereses.
En el caso de no llegar a un acuerdo también le ayudaremos preparar el terreno para llevar el caso a la fase judicial, acudiendo a los tribunales en la que sí se precisa contar con el apoyo de un abogado especialista y procurador.
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